Jaumave. Luego de confirmar que todos sus colaboradores entrarán con la idea clara que sólo llegan por tres años, para evitar demandas laborales, y no afectar al pueblo, el alcalde electo de Jaumave, José Luis Gallardo Flores, comunicó que aún no tiene la información exacta de cuantos laudos heredará de la administración actual.
Sin embargo, Gallardo Flores subrayo que solucionara estos conflictos existentes de manera adecuada y con estricto apego a la legislación en la materia; destacando que el trabajo de sus representantes jurídicos será parte medular para salir ilesos y que no cause estragos en las obras destinadas al pueblo.
Considerando que este conflicto se agravará de ser cierto que en el Ayuntamiento se podrían confirmar hasta 30 trabajadores actuales que planean demandar al gobierno actual por falta de pago y despido injustificado, “esto aun no sucede, pero hay que estar preparados”.
El municipio de Jaumave, ha sufrido el gran dolor de cabeza que son los laudos desde el 2008, son casos que presagian en muchos lugares colapsos administrativos y financieros. La herencia de este tipo, incrementa cada año.
El objetivo consiste en prevenir para abordar esta problemática, que se ha convertido en una amenaza severa, que bien puede llevarlos al colapso financiero; el tema es delicado, porque se refleja en la falta de prestación de servicios a la ciudadanía y la ejecución de obra pública.
Además de entorpecer las agendas de trabajo y el incumplimiento a las promesas de campaña y desde ahí, un mal augurio para gobernar.
En este tema José Luis Gallardo, será cuidadosos porque en cualquier momento de su administración podría ser embargados, en consecuencia, a las sentencias por demandas laborales.
“Las estrategias de blindaje son muchas, pero la más sana y eficiente será siempre una defensa legal bien diseñada.” Señalo.
Los que se dedican a este negocio, pellizcan a la parte demandante y sangran a la parte demandada. Es una práctica arcaica que ha funcionado, una sacadera de dinero muy jugosa de cada trienio.
Y los afectados y quienes pagan los platos rotos por estos conflictos siempre es el pueblo.